Gerardo Diego

Río Duero, Río Duero nadie acompañarte baja nadie quiere escuchar ya tu eterna estrofa de agua...

Antonio Machado (Fragmento del Poema "Orillas del Duero")

¡ Primavera soñada, primavera...humilde, como el sueño de un bendito, de un pobre caminante que durmiera de cansancio en un páramo infinito!  Oh Duero tu agua corre y correrá mientras las nieves blancas de enero el sol de mayo haga fluir por hoces y barrancas, mientras tengan las sierras su turbante de nieve y de tormenta, y brille el olifante del sol, tras de la nube cenicienta.

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            Han hablado los poetas con la inspiración que la belleza agreste y serena de estas tierras les comunicó.

            Este pueblo siempre me huele a naturaleza limpia de montes frondosos, con recuerdos imperecederos que han dejado sus huellas. Hay aquí tranquilidad y fuerza. Aquí tengo ancladas partes de mis raíces con mi padre que trabajó un elemento tan noble como la madera.

            Muchos lares de este pueblo conservan la belleza de su rancio abolengo, sin cerrar sus puertas al progreso. Esto demuestra la sabiduría de su gente. Como en todas partes hay excepciones, pero éstas nos deben servir para afianzar más nuestra cultura y nuestras tradiciones. Como esta fiesta cuyo pregón tengo hoy el honor de pronunciar.

            Ningún visitante se muestra indiferente cuando viene aquí. Estas tierras pleistocenas, donde aún permanecen las huellas de dinosaurios de la era cuaternaria, son un regalo para la vista. Sus tumbas visigodas dan testimonio permanente de su historia. La cueva Covarnantes, cuartel general donde se refugió el Cura Merino, haciéndose abanderado de la lucha contra el poder invasor de Pepe Botella (hermano de Napoleón Bonaparte), nos enseña el coraje de su gente.

            Recordemos que llevamos sangre de ancestros indómitos que no se doblegaron a la injusticia del poder constituido, que podamos transmitir siempre esta genética a nuestra descendencia pues, junto con la tierra, es el mejor patrimonio.

            Y ahora demos rienda suelta a la fiesta, con un recuerdo silencioso para los que sufren en todo el mundo.

¡ VIVA SAN ADRIÁN !

¡ VIVA REGUMIEL !

Mª Nieves Benito Bujosa