Queridos vecinos de Regumiel:

Por segunda vez en cuarenta años me dirijo a vosotros: de lo que leí entonces no me acuerdo,

entre otras cosas por que tenía diez años y me lo escribieron. Pero lo que no he olvidado es este

 pueblo, a las personas que lo habitan y a aquellas otras que lo hicieron antes.

Decía Joaquín Sabina en una canción que al lugar donde has sido feliz, no debes volver, y en

Regumiel he sido muy feliz. Aquí he nacido, pertenezco a una generación la que nos ayudó a

venir al mundo D. Augusto Cortiñas, que fue médico de este pueblo durante veintiún años.

Cuando miro estas calles y sus casas, aparecen las personas que no están y oigo sus voces

y si dirijo mi mirada hacia un portal veo a la viejecita que junto a otras jugaban a las cartas y, en

la fuente aparecen las colas para llevar agua a las casas y tantas cosas...

Y en esa niñez de cine en el Ayuntamiento, de leche en las escuelas y de peleas con bolas de

nieve, trascurrió mi infancia. Y fui testigo del nacimiento de las primeras carrozas, de la elección

de la reina y damas y también de las peñas. Todo ello entre el olor de los faroles de carburo de

los puestos de golosinas y el ruido de la traca final.

Con esta vuelta a mi pasado y al de todos quiero mandaros un mensaje: disfrutad del momento

como lo hicimos entonces. Venga la alegría a la fiesta y digamos juntos:

¡¡ VIVA SAN ADRIÁN!!     ¡¡VIVA REGUMIEL!!

Alberto Cortiñas González